Los chicos tienen la palabra

Las siguientes entrevistas fueron realizadas por alumnos de 3º8º y 3º9º de EEM 2 de Lanús "Francisco Ramírez" para el Espacio Curricular Institucional Periodismo II.
Este espacio es mi reconocimiento al esfuerzo, la tenacidad y la perseverancia de un grupo de adolescentes para conseguir la palabra de personas reconocidas dentro del mundo de la política, los derechos humanos,el arte, la ciencia, etc.


Entrevista a Alejandro Dolina

“Yo sigo siendo mejor leyendo que escribiendo”

Alejandro Dolina, 65 años, es un destacado escritor, músico y locutor. Se destaca por su humor irónico y su capacidad de improvisación. Es reconocido como un importante artista en el país, aunque evita hablar de su vida privada. Escribió más de cinco libros inclusive una opereta donde participaron destacados personajes de la cultura y el arte. Actualmente, sigue conduciendo su tan importante programa de radio La venganza será terrible por Radio 10.

Por Paula Nastevich y Daniela Ortiz

¿Cómo comenzó su carrera?

La verdad que no sé. Algunos saben, el lugar exacto, la circunstancia exacta. Yo no me acuerdo. Pero no porque he perdido la memoria, sino porque uno no comienza en un día glorioso, en un día inolvidable, sino que comienza y no sabe que estaba comenzando. Es como cuando empieza un amor: uno nunca sabe... por ahí son miradas o sentires extraños que no se entienden si hay que contarlo o no hay que contarlo. Así que la verdad, yo no sé...

¿Qué hizo antes de comenzar su programa de radio?

Cuando empezó este programa, yo ya había escrito mucho en revistas humorísticas... podríamos decir que empecé escribiendo esas notas.

¿Qué fue lo que lo llevó a interesarse por la literatura?


La lectura, claro. En casa se leía mucho y por suerte había libros que se me ocurrió leer. Y eso no necesariamente lo lleva a uno por el camino de la escritura, sino más bien por el amor a los libros. Eso es indispensable tener. Primero, se empieza a leer. Después, ocurre la idea de que se puede escribir su propio material o que se puede desarrollar otro tipo de estructuras. Pero yo sigo siendo mejor leyendo que escribiendo.

¿Cómo recuerda su adolescencia?

Imperfectamente. Los recuerdos son siempre ficcionales. Se acostumbra a recordar de una manera, se le hace caso a los compañeros o a la familia. Y entonces uno recuerda por ahí adolescencias o incluso la niñez, (donde también ocurre lo mismo), se acuerda de cosas que no sucedieron, que no eran así en aquel momento. Después, se las ilumina como uno quiere.

¿Cree que tiene algún beneficio ser adolescente en la actualidad?

Creo poder decir que esta es una época más rica en el mejor y en el peor de los sentidos. Más rica porque hay mayores posibilidades para hacer todo, incluso para estar conversando nosotros dos aquí esta noche a esta hora. Cuando yo era chico, no había esa posibilidad, porque a esta hora no había nada: me sentaba solo o con algunos amigos en la esquina, que no está mal. A mí todavía me gusta estar con amigos en la esquina o solo, dejando que pase el tiempo; allí era la única posibilidad.
Pero también se ha enriquecido el mundo porque hay mejores posibilidades para corromperse, para perderse, para enviciarse, para matarse. Es más fácil, todo es más fácil y más rico. Hay mayores posibilidades para entretenerse, para estudiar, pero también para envilecerse para siempre. Para drogarse, por ejemplo.

Siendo usted originario de Caseros ¿Por qué eligió el barrio de Flores en su narrativa?

Por una total conveniencia estructural. Si hubiera elegido a Caseros, tendría que haber escrito diez páginas de más para explicar donde quedaba. Y Flores se ahorra todas esas explicaciones que son más propias de la guía de los colectivos que de la literatura.

¿Cómo se sintió al conformar un elenco tan reconocido culturalmente para su obra Lo que me costó el amor de Laura?

Realmente, sorprendido de que aceptaran. Pero lo digo sin el afán de causar gracia o resultar simpático. Se trata, en general, de personas bastante difíciles. Así que posiblemente sea la alegría artística que he tenido y de poder haber conformado ese elenco, especialmente , de personas con las que tengo un vínculo de admiración y de amistad tan grande

¿Usted se considera un improvisador o planifica sus programas?

En la radio, sí, me considero un improvisador. Pero la improvisación también requiere un trabajo previo como las charlas del principio que tienen un trabajo que no es mío, sino de producción y de rastreo, que no me pertenecen enteramente. Desde luego, el trabajo de escritura tampoco me pertenece, porque lo afano de los libros, como es obvio. Ahí hay una preparación. Pero también hay un adiestramiento, es decir, uno se adiestra para poder improvisar luego. No es que se llega aquí y de golpe, se empieza a decir cosas. Hay una técnica de la improvisación que se va aprendiendo y también hay una cantera que uno tiene de cosas que ha ido escuchando o le han ido pasando aquí en el programa y a las que uno puede echar mano. Y cuanto mayor sea la cantidad de esos recursos que se tiene, más fácil es improvisar. Lo difícil es improvisar con dos números nada más. Entonces, rápidamente se agota la imaginación, simplemente porque no hay ningún recurso de memoria, de conocimiento, de técnica para realizarla.
A mí, en la radio me gusta improvisar y en ninguna de las otras destrezas que profeso me gusta. Es decir, no me gusta en la música ni en la escritura

Con respecto a eso ¿Cómo usted prefiere definirse profesionalmente?

Soy un escritor que puede hacer algunas cosas en la música, un escritor y un músico, básicamente. La radio es una mezcla de una destreza narrativa que podría expresarla en la invención de algunos cuentos, de algunas situaciones teatrales y acá hay un poco de música también. Pero no soy tantas cosas como dicen por ahí. Soy uno que escribe y hace música. Después, el resto son articulaciones que se generan de estas dos destrezas. A veces se pone un poco más o un poco menos. Hay también, en general, un poco de actuación. Pero no es tanto como parece.

¿Cuál considera que fue su mayor logro?

No he tenido grandes logros. He tenido cosas que me han llenado de alegría. Yo calculo que la obra que más me gusta de las que hice, fue la opereta. Pero me parece que es más defendible mi último libro, “El bar del infierno”. Yo tengo con la opereta naturalmente una conexión más fuerte, porque es una obra que se hizo en teatro, en escenario.

¿Qué se siente ser entrevistado por una alumna del secundario?

Se siente un poco de nostalgia. Yo odio la nostalgia. Soy un habitante del presente. Y especialmente, disfruto mucho de la vida. Yo quisiera ser joven siempre.

3 comentarios:

  1. Dolina siempre vale la pena...

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  2. Era taan pendeja cuando lo entrevisté :,) Yo también quisiera ser jovén siempre ♥

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  3. Que lastima no hablo un poco mas de su adolescencia, me hubiera gustado saber un poco mas.

    Me encanta su manera de usar las palabras, y esa rapidez mental para articularlas... Amaria poder ser asi :')

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