Entrevista a Omar Suárez

“Acá los límites los pone la persona"

Omar Suárez tiene 43 años, está soltero y tiene 3 hijos. Nos contó como son las noches de su boliche y restaurante Cocodrilo y Cé resto en el cual trabaja, y lugar donde realizamos la entrevista.

Por Ticiana Laganá y Yesica Sañudo

¿Cuánto hace que estás en Cocodrilo?
Hace 16 años. Primero empecé a trabajar como portero en el boliche y después cumplí funciones de mozo, luego de encargado y en un momento lo estaban por vender. Vendí un auto que tenía y lo empecé a alquilar y siguió la historia.

Acá viene un montón de gente famosa, ¿Cómo es, en general, tu relación con ellos? Generalmente tengo una relación bastante buena. La gente viene a divertirse. Dentro de ese ámbito de la diversión, de la buena onda, se genera un buen ambiente. A los famosos que vienen hay que cuidarlos, que no les saquen fotos, que la prensa no los vea… entonces se genera un vínculo lindo.

¿Y disfrutás de tu trabajo?
Yo lo disfruto noche a noche. Siempre digo lo mismo: que todas las noches son diferentes, aunque parezca que todas las noches son iguales. El decorado es el único que no cambia. Después, siempre hay cosas que hace que las noches sean distintas, desde visitas de famosos hasta shows y cosas cotidianas de todas las noches.

¿Creaste algún vínculo de amistad con alguna persona del medio?
Sí, tengo amistad con muchos famosos. Te puedo nombrar a Diego Maradona, Claudio Pérez, Andrés Calamaro, Moria Casán, Florencia de la V, Marixa Balli…muchos. Con ellos por ahí tenemos una amistad para salir a otros lados, a cenar, por ejemplo.

¿Y alguna relación amorosa con alguna persona del ambiente?
No, relaciones amorosas con personas del ambiente, no. Muchas veces se dijeron cosas en la prensa. Una vez me vincularon con Jessica Cirio, y no fue verdad. Hace poquito con Virginia Gallardo, y tampoco fue verdad. No, con personas del ambiente no estuve.

¿Cómo está compuesta tu familia?
Mi familia está compuesta por mis 3 hijos: Soledad, Diego y Facundo y nada mas. Estuve casado, separado hace diez años. Y actualmente estoy solo.

¿Y tus hijos cómo se toman este trabajo?
Bien, es un trabajo normal como cualquier otro. Crecieron junto a esto, así que fueron viendo todo esto: qué hizo el padre y ven en televisión o en radio o en alguna revista siempre buenos comentarios, siempre hablando bien de mí. Eso también ayuda que lo vean de otra manera.

Te ofrecieron mucho dinero por vender el boliche, ¿Por qué no lo aceptaste?
Porque esto es mi vida. Nadie te asegura que con la plata que te pueden dar por esto y ponés otro negocio y te vaya bien. Se han caído grandísimas empresas de mucha más plata que esto. Nadie tiene nada asegurado. Entonces si vos tenés algo seguro, lo disfrutás, lo vivís y ganas bien, ¿para qué venderlo?, ¿Qué hago con la plata? Me siguen por todos lados.

¿Y pensás seguir toda tu vida en este ambiente?
Sí, me gusta, lo hago desde chiquito. Y conseguí hacer de la noche, un negocio. Y cuando hacés lo que te gusta y hacés lo que querés, te puede ir mejor.

¿Estudiaste alguna carrera?
Sí, estudié para maestro mayor de obras, pero jamás puse un ladrillo en ningún lado. Terminé el estudio, colgué el título ahí y nunca más. Pero me sirvió también porque fue una base importante la de la escuela, la de tener conocimiento sobre varias cosas, siempre te ayuda en la vida.

¿Cómo definirías a Cocodrilo?
Cocodrilo es el lugar mítico de la noche de Buenos Aires, de la noche de Argentina. Es un lugar elegido por los famosos, por personalidades de todo el mundo para venir a cenar o a ver un show, o a pasar una noche distinta. Y en todas las noches pueda haber un famoso o se puede encontrar con un jugador de fútbol, un jugador de básquet, un artista. Es un lugar típico que todo el mundo quiere conocer.

¿Te consideras un hombre de la noche?
Me considero un trabajador de la noche. Yo siempre digo que un hombre de la noche es aquel que trabaja de día y sale todas las noches de joda. Yo vengo a trabajar, como los mozos, los porteros. Me considero un tipo que trabaja en la noche y me gusta, la disfruto. No me considero un hombre de la noche en sí, pero si un hombre que disfruta de lo que hace.

Con respecto a las chicas que trabajan acá, ¿Cuál es su labor específica?
Las chicas que trabajan acá son bailarinas. Tenemos todas las noches distintos shows, bailarinas de tango, de salsa, de caño, de pole dance. Después, las chicas que vienen…este es un lugar abierto a todo público y no estoy atrás de cada una para ver lo que hace de su vida. Viene toda clase de gente.

¿Y cuál es el límite?
El límite es la persona, es cada uno. Si vos mañana venís con tu amiga, ustedes se van a divertir. Si quieren bailar, van a bailar. Si se quieren ir a acompañar a una persona, se van a ir acompañadas de una persona. El límite acá lo pone cada una de las personas. Yo no voy a estar atrás de cada una para decirles lo que tienen que hacer. Acá los límites lo pone la persona.

¿Es decir que acá no se ejerce la prostitucion?
Siempre digo que la prostitucion se ejerce en todos lados. Eso es de acuerdo a cada una de las personas y lo que quieran hacer con su vida, si quieren vender su cuerpo o no. A las tres de la tarde, te sentás en un café de microcentro y hay chicas que están ejerciendo la prostitucion. Ocurre tanto en un boliche de moda como puede ser, no sé, Esperanto, In, cualquiera. Hay chicas que se dedican también a eso. Cocodrilo no es la excepción. Pero te repito que los limites los pone y los maneja cada persona. Como tampoco puedo discriminar a quien entra o quien sale, tampoco puedo discriminar o decir que puede hacer cada mujer con su vida. Los hombres tampoco: También hay prostitución masculina, como en todos lados.

Vos decís que Cocodrilo va a seguir de generación en generación, es decir que después de vos sigue tu hijo...
Sí, actualmente está trabajando conmigo, esta aprendiendo de todo un poco, está trabajando en la barra. Pero yo creo que Cocodrilo ya está instalado en la noche de Buenos Aires. Como pasa en las grandes ciudades del mundo, en Francia, Estados Unidos: hay cabaret, hay clubes que son visitados por turismo, por gente, por los shows que ofrecen, por la historia que tienen, por las personalidades que los visitan. Y yo creo que hoy por hoy, Cocodrilo en la noche de Buenos Aires es eso.

Y por último, ¿qué sentiste cuando vino a Cocodrilo el ex presidente de Estados Unidos, Bill Clinton?
Lo mismo que sentí cuando en su momento apareció Diego Maradona. No entendés nada. Cómo, después de trabajar tanto tiempo, tu lugar es visitado por personalidades tan fuertes. Es una sensación rara. Es decir: la puta, veo que estoy haciendo las cosas bien, porque sino no me visitarían. Es un orgullo y un halago para el lugar que una personalidad que recorre todo el mundo elija un lugar para ver un show. Justo ese día había un importante show de tango. La verdad que te pone muy contento y eso te dan ganas de seguir haciendo muchas cosas más.